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El remitente y el destinatario

enero 22, 2009 Deja un comentario

El Remitente y el Destinatario
Juan 20:23 A los que remitiereis los pecados, les son remitidos: á quienes los retuviereis, serán retenidos

La palabra remitir significa: «Enviar algo a determinada persona de otro lugar» (Diccionario RAE).

Esta palabra es muy utilizada en la Biblia, en relación al pecado del hombre.

Imaginemos que nuestros pecados fueran como una «gran caja» la cual tenemos que enviar.

Cuando enviamos una caja por correo, tenemos que especificar dos cosas importantes: 1) El remitente, o sea nuestros datos personales 2) El destinatario, o sea a quién va dirigida.

Quedarnos con nuestra «caja de pecados» significa la muerte espiritual y la condenación eterna en el infierno.

Por tanto, esta caja debe ser enviada a Alguien que sea capaz de encargarse de la misma y así librarnos del pecado que nos conduce a la muerte.

Todos los seres humanos somos innatos pecadores, nadie puede decir que no tiene pecados que remitir (Romanos 3:23), pues todos somos pecadores.

La caja de pecado de algunos hombres parecen en tamaño mas grandes que la de otros, pero es ineludible que de todas formas, si el pecado «no se remite», queda retenido en la persona, la cual está expuesta al juicio de condenación de Dios.

El destino del alma no depende del tamaño de la «caja de pecados», sino, si esta es en verdad remitida.

Desde luego, muchos quieren deshacerce de esta carga de pecado, pero se equivocan en la forma de realizarlo.

Veamos algunos ejemplos de formas erradas de remitir:

FALTA EL REMITENTE

No se aceptan en el correo envíos sin especificar el remitente.

De la misma manera muchas personas piensan en sus pecados de manera general y no personal.

Piensan en la obra de Cristo en la cruz como algo univesal, que salvó a todas las personas en forma indiscriminada, concluyendo que ellos mismos, de alguna manera sean salvos si son «buenas personas».

Se olvidan de firmar el remitente como «pecadores», por tal motivo al no haber un arrepenimiento, la «caja de pecados» queda en ellos. Como dice la Biblia les son «retenidos».

El alma, es condenada, ya que no entregó sus pecados a Cristo.

FALTA LA ENTREGA

Sería ilógico tomarse el tiempo de preparar un envío de correo, etiquetándolo, y asegurando el paquete, sino tenemos la voluntad de ir hasta una oficina de correos y despacharlo.

De la misma manera muchas personas entienden por la predicación del evangelio, que son pecadores, que Cristo derramó su sangre por ellos, y que es el medio eficaz para salvarlos de sus pecados.

Entienden tanto el «remitente» como el «destinatario» ¿Pero cual es el problema? ¡No desean hacer el envío!

No tienen voluntad de remitir sus pecados, porque aman quedárselos. No hay arrepentimiento, por tanto el correo no es enviado, el pecado es retenido y el alma es condenada.

DESTINATARIO ERRONEO

Solo Jesucristo puede perdonar pecados, el es el único destinatario al cual podemos remitírselos. En la cruz del calvario, destruyó el pecado.

Hebreos 9:26 mas ahora una vez en la consumación de los siglos, para deshacimiento del pecado se presentó por el sacrificio de sí mismo. (Jesús)

Los que son salvos en Cristo, remitieron sus pecados a El, para deshacimiento de los mismos, y librados de ellos, tienen ahora esperanza de vida eterna.

Algunas personas no entienden Quien es el destinatario que puede deshacer sus pecados.

Por eso envían su «caja de pecados» a algún hombre esperando que este los absuelva ¡Que gran error!

Otros confían en su iglesia, que si hacen lo correcto, asisten y colaboran, es una forma de remitir sus pecados (Otro autoengaño).

Ningún hombre, iglesia, institución religiosa, santo, ángel, ni nada creado puede ser el «destinatario» de los pecados.

Si se envía a esos destinos erróneos, los pecados son retenidos, como el correo que vuelve por no encontrar dirección correcta.

Por tanto el alma al no librarse de sus pecados es condenada.

Estimado amigo/a:

¿Remitiste tus pecados a Jesús?

Esta es una experiencia sobrenatural que solo el Espíritu Santo de Dios puede realizar en tu vida.

Solo debes saber tu estado alejado de Dios, y firmar el remitente como pecador perdido que necesita el auxilio divino.

Tienes que conocer la obra de Jesús en la cruz, y reconocerle como el UNICO Salvador, y único dador de la vida eterna, por tanto es el único destinatario el cual te puede librar de tus pecados.

La salvación no consiste solamente en conocer los mecanismos de envíos (que eres pecador, que Jesús es el salvador, que debes arrepentirte etc.)

Sino que es un experiencia la cual debes vivir, tomando la decisión firme de remitir tus pecados a Cristo, arrepintiéndote de todo tu corazón, y poniendo toda la fe en El y en su sangre preciosa, la cual derramó por amor ti en la cruz.

Efesios 1:7 En el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados por las riquezas de su gracia,

¡Cuan liviano se siente aquel que remitió sus pecados a Cristo! ¡Que felicidad hay en el corazón cuando Dios nos concede su amor y gozamos para siempre de vida eterna.!

Hoy puedes librarte de esta pesada carga de muerte.

Remite tus pecados a Cristo.

Lucas 24:46 Y díjoles: Así está escrito, y así fué necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; 47 Y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y la remisión de pecados en todas las naciones, comenzando de Jerusalem.

Por Alejandro Riff

TEXTOS SELECTOS:

Salmos 31:18 Enmudezcan los labios mentirosos, Que hablan contra el justo cosas duras, Con soberbia y menosprecio.